3er dia Brujas

Brujas… Bruges… Brugge… Hoy, por fin, un hermoso día de Sol. Bueno… ya veremos, ayer también amaneció soleado pero luego… Esperamos disfrutar de Brujas con un bonito día. Como siempre; aseo, desayuno y metro. Pasadas las 9:30 en la Estación Central. Aquí hay que tener en cuenta las importantes colas que se forman en las ventanillas, hemos tardado tanto en que nos atendieran, casi 20 minutos, que perdimos varios de los trenes que salían en esos instantes, son bastante frecuentes. Nos atendió el mismo chato que ayer, no esperábamos que hoy no funcionaran las máquinas, no… es que su dominio del español nos facilita las cosas. 30 del ala, los dos, ida y vuelta. Una horita más tarde estábamos en la estación de Brujas y como siempre nos dirigimos primero al baño, con nuestros cuarenta céntimos en la mano, y segundo a la oficina de información donde, esta vez sí, nos atendieron en español… total para darnos el mapa y poco más que una vez con él en la mano tira millas. Por cierto, en casi todas las oficinas de información turística nos cobran 0,50 € por él. Después de una veintena de fotos descubrimos que se había acabado la memoria de la cámara, claro, nos dejamos la tarjeta en el portátil… Tuvimos suerte, apenas a 100 mtrs. en una tienda de souvernirs le quedaba una. Vaya susto! Para desayunar Fer se pidió un gofre artesano, con su nata y chocolate por encima, se puso perdidito… Luego ya callejeo, que es lo nuestro. Bueno, Brujas es lo más boniiiiiiito del mundo. Preciosa, acogedora, entrañable, encantadora, inolvidable… No hay más que ver las fotos, hemos hecho cientos (y las que están por descargar aún de la memoria de la cámara…) Después de haber visto el parque del Beaterio y las iglesias principales; San Salvador y Nuestra Señora (se ve que Notre-dames hay por toda Bélgica…) y alguna que otra cosilla más, nos metimos a comer, que ya eran horas, en una coqueta plazueleta a las puertas de la plaza del Burg. Otro acierto culinario, el restaurante “T Lammetje” (me temo que la traducción será la almeja, o algo así…) Fuimos a atacar los platos típicos; Beli se bajó unos “moules” (mejillones) al natural y Fer un Carbonnades Flamandes (ternera estofada con cerveza negra y un importante toque de cilantro). Todo estaba delicioso y fue más que suficiente, los mejillones dan para dos perfectamente, con su abundante bol de patatas, y el local muy agradable y encantador. El precio bastante asequible, aunque los 50 euros no nos los quitó nadie… Una original agua con granadina (te sirven un poco en un vaso al que le añades el agua) y una buena cerveza belga… Las mejores del mundo. Un restaurante que vuelvo, como el anterior, a aconsejar. Después del rico cafelito seguimos callejeando, esta vez ya palabras mayores… plaza del Burgo, Plaza mayor, etc. Pilas (que también se acabaron las recargables, vaya día…) caramelos, regalos, bombones… Por cierto, esta vez los compramos en Leónidas, me gustaron mucho más que los de la Cure Gourmande (que los hay a montones) Os recomiendo los de chocolate negro rellenos de nougat… Nos metimos por cuanta callejuela y rincón hay, que de eso aquí sobra, es como un gran ramillete de hermosos rincones con los que formaron una ciudad preciosa. Ya de tanto caminar y un tanto cansados decidimos irnos a montar en los barquitos que recorren los canales interiores. Pues llegamos tarde!! O eso parecía. Que sepáis que aquí a las 18:00 H. cierra todo!! Sí, a las 6, faltaba muy poco pero no nos dejó entrar el nacho de la puerta, así que esperamos ya que vimos que en la supuesta última barca habían quedado 5 personas fuera… así que el tío se retracto y nos permitió el paso. Etupendo! En la última barca, todos españoles y tan cómodos. El “conductor” hablaba muy bien el español y al enterarse nos dio todas las indicaciones en nuestro idioma. Muy enrollado y simpático, una guía muy divertida. Dura media horita y te cobran 6,90 por persona. Hay varias empresas a lo largo de los canales. Nuestro guía nos enseñó que Brujas tiene 17 iglesias (es religiosa) y 420 bares (es alcohólica… jajaja) También 83 puentes. Luego ya nos volvimos para Bruselas. La verdad que el trayecto en tren también es muy bonito. Flandes es una tierra muy verde, muy parecida a Galicia pero sin tanta montaña, muy llana. Por las ventanillas vas disfrutando de los grandes campos de cultivo, de las praderías de verde hierba, de arboledas, todo salpicado por casitas tradicionales, vacas, caballos, patos y ocas (aquí no ves volar gaviotas sino patos) Los árboles delimitan perfectamente carreteras, ríos y sembrados, da la sensación de estar todo perfectamente ordenado, colocado y limpio. No ves un feísmo… hasta el borde de los ríos tiene delimitado su zona de paseo y bicicleta, todo un espectáculo. Ocasionalmente ves un grupo poblacional, con sus casitas y su iglesia, fácilmente reconocible por su afilado campanario, su dorado reloj y su negra techumbre… Hemos descubierto que Brujas es mucho más barato que Amberes, en objetos que hemos visto allí y aquí la diferencia de precio era abismal. Por ejemplo por las casitas de recuerdo, en Amberes pedían hasta 7 euros y más, en Brujas apenas 3. Los bombones también. Una vez llegamos a Bruselas, llenos de belleza y encanto, decidimos llegar al Hotel por la parte alta y no por la habitual que está llena de obras y da una sensación muy desangelada. Otra sorpresa… descubrimos una zona de la ciudad muy moderna pero muy llena de vida, con sus paseos, sus terracitas, sus restaurantes y unos bellísimos parques que el último día recorreremos con más calma… Ya sabéis… las fotos están al lado derecho, pinchad sobre la presentación correspondiente y podréis acceder a ellas y verlas mejor. Mañana Gante que según parece se aproxima a Brujas en belleza histórica y monumental… Mañana os lo contaremos Mientras tanto un beso para todos Beli y Fer