1er dia Bruselas

Bueno… hoy es el primer día de nuestras vacaciones anuales. Todos los años nos gusta cogernos cuatro o cinco días para disfrutar en algún lugar del mundo. Eso sí low cost total y con cierto estilo mochilero, que es como nos gusta, el tema tampoco da para más… Con un poco de tiempo y paciencia acaban apareciendo aquellas ofertas que todavía nadie ha pillado. Este hemos decidido ir a Bélgica y aprovechar toda la tecnología disponible para contároslo, casi en tiempo real, y que así podáis ir viendo las fotos sobre la marcha. Así que ahí va… Después del madrugón el día no empezó fácil. En el último momento nos enteramos que Clot-Aragó estaba cerrada, vamos… a pie de estación, así que nos pillamos otra entrada de metro. Era para ir a Sants y desde allí coger el bus habilitado que nos llevaría al aeropuerto, ya que desde allí la línea estaba cortada por obras (vaya fechas…). No nos fiamos, así que bajamos en Cataluña, y a pesar de ir con tiempo suficiente, nos pillamos el aerobús directo. Como siempre en el control nos quitaron las botellitas de agua y como el Fer dio “positivo” lo manosearon bien manoseado… lo habitual, el pobre ya está acostumbrado. De primeritos en la cola y en dos horitas en Charleroi, a 60 km. De Bruselas. Coger el bus hacia la capital no fue tarea fácil. Primero había que localizar desde donde salía (resulta que saliendo de la estación a la derecha, nos fuimos a la izquierda y aquel era el que iba a la estación de tren…) y luego sacar el tiquet en unas maquinitas… Las colas metían miedo y por lo visto nadie se aclaraba, si preguntabas podían responderte en cualquier idioma menos en el tuyo. Al final conseguimos quitarlas, resulta que el pin de la tarjeta era en la pantalla de abajo, aissss. La sorpresa fue que después de cargar las maletas en el bus el tío va y nos dice que no nos deja entrar, la cara de póker impuso así que en un impecable belga flandense y con explícitos y universales gestos nos enteramos, a las 13:05, que ese bus era el de las 12:45 y llegaba con retraso, que el nuestro era el siguiente, el de las 13:15 (por lo visto pasan cada 30 minutos), así que quita las maletas y espera… El nuestro llegó a tiempo, pero Beli no… todavía estaba pagando los bocatas de camembert que nos papeamos en el bus camino, por fin, de Bruselas. Una vez enteraditos de cómo funcionan las líneas de metro, que no es tarea fácil; primero porque van de dos en dos y segundo porque aquí la gente funciona distinta, nadie se cuela!! Es lo que parece, ya que no existe ningún tipo de barrera física, a la entrada de los andenes hay unas máquinas en las paredes donde validar tus tiques… Pues que nos dirigimos al hotel. Que por cierto está situado en pleno parlamento europeo, una zona también digna de ver por sus imponentes edificios y el parque del Cincuentenario que se encuentra al ladito mismo. Llegamos justito a las 15:00 al hotel, que es la hora a la que te permiten entrar, y en él la primera sorpresa… El Aloft Brussels Schuman está que te cagas (con perdón). La habitación es enoooorme y no le falta detalle, te cuento: la ducha es amplísima, con cebolleta regulable y surtidores con geles y jabones de todo tipo; al lavabo, de diseño, no le falta de nada, con su jaboncito, sus cremitas, sus…; delante justo (y por detrás de la cama) está el armarito, elegantemente escondido tras una cortina, un revistero surtido y un rinconcito para el café, con su calentador de agua, sus tazas, sus infusiones, cafés y azucares de todo tipo e incluso unos vasos portables para llevártelo puesto si lo deseas… increíble. Además también hay caja fuerte, nevera, una mesa grandísima con su cómoda silla de escritorio, un amplio sofá, un 42 pulgadas de plasma con menú interactivo y acceso a todo tipo de contenidos y canales internacionales, wifi gratuito, y esa pedazo de cama de dos metros con edredón y todo que no veas lo bien que se duerme. En un rinconcito oculto encontramos la plancha con su tabla correspondiente!! Una pasada de cómoda, de grande y de acogedora. Totalmente recomendable. Y no veas el ofertón que pillamos!!! Una vez duchaditos y arregladitos, a eso de las 16:00 h., nos pegamos un paseo hasta el centro, que es como nos gusta hacer las cosas. Primero nos pasamos por el Palacio Real y el Parque de Bruselas, donde hicimos nuestros primeros pinitos en el divertido mundo del owling… que lo sepas… es una nueva moda de sacar fotos; te plantas en el sitio más insospechado y te la haces de cuclillas… sí, una chorrada, pero mira, aquí no te conoce nadie. Jajaja Luego la Catedral y ya mismo un cafecito en el Arcadi, que no veas la que está cayendo aquí… 12 grados marcan los termómetros y hay agua para rato, así que los paraguas fue lo primero que cargamos en la maleta. La cantidad de veces que hemos tenido que abrirlos… En el cafecito, encantador, un surtido de tartas que quitan el “sentio” No nos pudimos resistir al encanto de la de arándanos, a medias con un cafecito y una Chimay belga… El sablazo fue importante pero moderado, en peores plazas hemos toreado y sino que se lo pregunten a la Toscana, allí si que… La cafetería estaba al pie de las galerías Saint-Hubert, cubiertas, por lo que se agradeció el paseíto y allí cumplimos con la tradición. La primera bombonería belga y zas! A por ellos!. Regalos para todos pero sobre todo para nuestros paladares, nos metimos varios entre pecho y espalda haciendo caso omiso a lo establecido en la dieta, que coño, estamos de vacaciones, a quien se lo ocurre hacerla en estos días… Luego la Gran Place o Grote Mark en neerlandés, que aquí lo de los idiomas es un coñazo, el poco francés que sabes no te vale de nada pues mucha peña solo habla flamenco… argggg. Luego ya empezamos a callejear sin rumbo, que es lo que mola, aunque no perdiendo de vista el mapa para intentar visitar todas las plazas y edificios más o menos importantes y señalados del mapa. Ya cuando nos cansamos nos fuimos a un súper y nos compramos un buen material para la cena, queso local y un buen vino para celebrarlo, que como no había belga (no me preguntes, solo vimos rioja y algún que otro francés??) nos bajamos un buen burdeos. Nos volvimos en Metro y después de una íntima cenita en el hotel a camita que al día siguiente había que madrugar, y hasta aquí puedo leer… (dos metros de cama, ya me contarás…J) Todo lo podéis ver en las fotos, no tenéis más que pinchar en la presentación de la derecha. Como nota final contaros que en el suelo había detalles curiosos (alcantarillas y respiraderos), a Fer se le dio por fotografiar alguno de ellos. Las fotos en los servicios públicos de transporte en bicicleta tampoco faltan, las hacemos con ellas allá donde encontramos estos servicios. Veréis que casi todas las fotos tienen su comentario. Mañana Amberes, o Anvers, o Antwerpen, joder con el idioma… eso, que mañana más. Con cariño, Beli y Fer.