5º dia. Bruselas

Bruselas… Bruxelles… Brussel… Hoy decidimos ver la Bruselas que el primer día no nos dio tiempo a admirar, así que ya que no hubo que coger tren nos tomamos con más calma lo de salir del hotel. Lo primero que hicimos fue recorrer los parques cercanos al hotel y a la vez más emblemáticos; el de Leopoldo, con su inmenso y hermoso estanque que no es más que los jardines traseros del parlamento europeo; el parque del Cincuentenario, sede de varios museos y un impresionante arco del triunfo; y por último el de Ambiotrix, con su espectacular estanque lleno de gansos y patos de todo tipo. Existe una señal que prohíbe patinar cuando el lago se hiela. Así que el invierno aquí debe ser duro… Total, que estuvimos andando casi cuatro horas… Nos trasladamos al Botánico, a través de la plaza de Madou y una vez allí y casi desfallecidos nos metimos en un centro comercial a comer. El problema lo resolvimos con unos tallarines frutti di mare y un entrecot muy decente. Una vez recuperadas fuerzas nos cogimos un tranvía hasta Heysel, donde el estadio, pero nuestra parada fue el clásico Atomium, donde sacamos un montón de buenas fotos. Visitar Bruselas y no verlo es casi un sacrilegio. Hay que desplazarse en la línea verde que cogimos en una estación de metro, pero curiosamente el transporte es un tranvía, así que en pocas paradas salimos a la luz y así seguimos hasta ver el Atomium. A algunos metros le pasa al contrario, en determinadas paradas salen a la luz. También es curioso el hecho que la mayor parte de las líneas vayan por parejas ya que comparten muchas paradas, incluida la vía. El Atomium cumple las expectativas, es una construcción inmensa, como lo son los nuevos edificios del gobierno europeo, pero eso sí en contraste con la construcción clásica y entrañable del pueblo belga. Lo que te lleva a pensar que es un alarde de excentricidad. Por supuesto no entramos en él, los 11 euros que te piden de entrada y que se van rebajando según la edad (¿) te invitan a no hacerlo, total para ver Bruselas a vista de pájaro, algo que puedes hacer perfectamente y como luego descubrimos desde el mirador existente en la plaza Poelaert, donde el palacio de justicia. En la presentación veréis la foto que le quité desde allí. Existe un curioso ascensor público en esta plaza que te deja en un nivel inferior de Bruselas. Allí mismo nos tomamos un cafecito. Una amable mujer, como todos los belgas, que nos oyó hablar español se ofreció a ayudarnos ante nuestras dudas con el tranvía a coger. Resulta que allí cerca está una de las paradas de metro que llevan directamente a la Gare du Midi, por supuesto sin las paradas y detenciones del tranvía urbano. Después del cafecito mencionado dimos el día por concluido y nos dirigimos al metro para volver a casa pronto. Unas últimas compras en el súper cercano y como siempre ducha y cenita íntima. Esta ha sido la última jornada en Bélgica. Mañana tenemos que dejar el hotel a las 12 así que descansaremos un poquito más. Y luego pensamos deambular un poco por ahí hasta que cojamos el bus que nos lleve devuelta al aeropuerto… o quien sabe. Mañana os lo contaremos. Un beso. Beli y Fer